sábado, 10 de mayo de 2014

Je suis de mon coeur le vampire,
— Un de ces grands abandonnés
Au rire éternel condamnés
Et qui ne peuvent plus sourire!
— Charles Baudelaire

Una pregunta sencilla de elaborarse pero, aparentemente, no de contestarse.
Podríamos definir a la sonrisa como la expresión que empleamos en momentos felices para manifestar tal sentimiento, o la que nos acompaña forzosamente en momentos tensos para sobrellevar una decepción u ocultar un miedo. Incluso podríamos llegar a definirla desde un punto fisiológico, diciendo que es el resultado de la contracción de los músculos cigomático mayor y menor que elevan la comisura de los labios, y el músculo orbicular de los ojos cuya contracción eleva las mejillas y produce arrugas alrededor de los ojos. Esta apreciación médica dista mucho de ser capaz de describir correctamente a la exteriorización del alma que la sonrisa representa y la forma de alcanzarla y transformarla en bandera de vida.

Cómo sonreír cuando sientes que el mundo se te viene encima, cuando te das cuenta de que algo valioso que creías era mentira, cuando descubres que la esencia de tu vida se marcha lo suficientemente lejos como para no poder tenerla de nuevo; cómo sonreír cuando un ser querido nos deja, cuando por más que te esfuerzas no consigues lo deseado, cuando crees que todo marcha bien y de un momento a otro encuentras que el destino es cruel y el mundo cambiante… cuando tus logros no son escuchados por nadie y la hipocresía ha sido tu sombra. Cuando tu corazón es corroído por la envidia y la codicia. Cómo hacerlo cuando tus ideales son sofocados por una vida cada vez mas dura.

Es simple. La tragedia en que la mayoría creemos vivir jamás lo es. El ser humano se sume por olvido y facilidad en la autocompasión. La vida es todo lo que el hombre tiene, y recordar tal detalle debería implantar una idea de progreso en nuestra cabeza y un ideal de mejora en nuestro espíritu. Dejarnos caer cuando es posible detener tal caída es tonto, una postura que va en contra del instinto de preservación; la muestra de que estamos en un error y necesitamos evolucionar. Sonreír no debe ser el resultado natural de una alegría ni la espada para combatir a la tristeza; debe ser una forma de existencia, un camino de iluminación, una actitud ante el planeta que se encarga de asesinar lo que somos; sonreír debe ser una religión, la forma en que le gritamos a aquel que nos quiere ver caer: soy indestructible. Sonreír es la calma que viene después de la hermosa tormenta de desahogo que es el llanto. Sonreír… lo es todo; nadie podría vivir sin la sonrisa, la vida de todo individuo se enaltece en ella.

Me queda aún una cosa por decir. Jamás he querido transmitir en este mi mensaje que nuestro pasar por el mundo sea sencillo; sin embargo, no existe flor más bella que la que nace en la Zona Cero, en medio de la tempestad, de la muerte. Y así, no hay ser humano más bello y valioso que aquel que, aun rodeado de fuego y hielo, es capaz de hacer florecer una sonrisa en su rostro.



Colaboración de: Mario Alberto Hernández Jr.

V FOR VENDETTA

V FOR VENDETTA
FREEDOM FOREVER!!!!!!!!!!!